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Михаил (19.04.2017 - 06:11:11)
книге:  Петля и камень на зелёной траве

Потрясающая книга. Не понравится только нацистам.

Антихрист666 (18.04.2017 - 21:05:58)
книге:  Дом чудовищ (Подвал)

Классное чтиво!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Ладно, теперь поспешили вы... (18.04.2017 - 20:50:34)
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"Не для сайта!" – это не имя. Я пытался завершить нашу затянувшуюся неудачную переписку, оставшуюся за окном сайта, а вы вын... >>

Роман (18.04.2017 - 18:12:26)
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АНДРЕЙ (18.04.2017 - 16:42:55)
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Обои для рабочего стола

СЛУЧАЙНОЕ ПРОИЗВЕДЕНИЕ

Завален снегом мой балкон,
А вместе с ним душа и мысли
Январь настал, и знает он,
Где чувства все мои зависли.
Любови моей не проломить
Упрямства твоего преграды
Опять ты мимо пронеслась,
Твои глаза моим не рады...... >>

13.05.10 - 05:18
Автор неизвестен

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Barrayar (на испанском)   ::   Bujold Lois Mcmaster

Страница: 103 из 104
 
Vaagen no estб seguro de sus efectos sobre la fragilidad de los huesos.

Aral esbozу una pequeсa sonrisa.

— A mн me pareciу ingenioso ese diбlogo de los guisantes que marchaban para rodear al panecillo y exigirle la rendiciуn. Uno casi podнa imaginarlos como pequeсos soldados con sus uniformes verdes.

— Sн, y tъ no fuiste de gran ayuda al reнrte, en lugar de amenazarlo para que comiera, como debe hacer un buen padre.

— No me reн.

— Sн, te reнas con la mirada, y йl lo sabнa. Te tenнa en un puсo.

El cбlido aroma orgбnico de los caballos y sus inevitables derivados impregnу el aire cuando se acercaron a los edificios. Bothari volviу a aparecer, los vio y les dirigiу un gesto de disculpa.

— Acabo de ver a Elena. Le dije que bajara de ese henal. Me asegurу que Miles no estaba allб arriba, pero tiene que andar por aquн. Lo siento seсora, cuando hablу de ver a los animales no imaginй que fuera de inmediato. Estoy seguro de que lo encontrarй ahora mismo.

— Yo esperaba que Piotr nos ofreciera dar un paseo — suspirу Cordelia.

— Pensй que no te gustaban los caballos — dijo Aral.

— Los detesto. Pero se me ocurriу que de ese modo el viejo comenzarнa a hablarle como a un ser humano, en lugar de verlo como a una planta en una maceta. Y Miles estaba de lo mбs entusiasmado con esas estъpidas bestias. Aunque no me gusta andar mucho por aquн. Este lugar es tan… Piotr. — Arcaico, peligroso y uno debe vigilar donde pisa.

Y hablando de Piotr, justo en ese momento el anciano emergiу del cobertizo, enrollando una cuerda.

— Ah. Estбis aquн — dijo con tono neutral. Aunque se acercу a ellos con una actitud bastante sociable -. Supongo que no os interesarб ver la nueva potranca.

Por su tono, Cordelia no supo si esperaba que dijese sн o no. Aunque de todos modos, aprovechу la oportunidad.

— Estoy segura de que a Miles le gustarнa.

— Hum.

Cordelia se volviу hacia Bothari.

— їPor quй no va a buscar…? — pero Bothari tambiйn la miraba, con expresiуn desanimada. Ella girу sobre sus talones.

Uno de los caballos mбs enormes de Piotr estaba saliendo del establo sin brida, montura, cabestro ni ninguna otra cosa a la cual sujetarse. Aferrado a su crin venнa un niсito de cabellos oscuros, con aspecto de enano. Las facciones de Miles brillaban con una mezcla de exaltaciуn y terror. Cordelia estuvo a punto de desmayarse.

— ЎMi semental importado! — aullу Piotr, horrorizado.

Por puro reflejo, Bothari extrajo el aturdidor de su funda. Pero entonces permaneciу paralizado, sin saber quй hacer con йl. Si el caballo caнa y rodaba sobre el pequeсo jinete…

— ЎMira, sargento! — exclamу la voz de Miles con ansiedad -. ЎSoy mбs alto que tъ!

Bothari echу a correr hacia йl. Espantado, el caballo se alejу con un medio galope.

— Ў… y tambiйn puedo correr mбs rбpido! — Las palabras quedaron ahogadas por el sonido de los cascos. El caballo desapareciу al otro lado del establo.

Los cuatro adultos salieron disparados hacia allн. Cordelia no oyу ningъn otro grito, pero cuando dieron la vuelta Miles estaba tendido en el suelo. El caballo se habнa detenido un poco mбs allб y tenнa la cabeza inclinada para mordisquear los pastos. Al verlos emitiу un resoplido hostil, alzу la cabeza, moviу un poco las patas y luego siguiу pastando.

Cordelia cayу de rodillas junto a Miles, quien ya estaba sentado y le indicaba que se alejase. Estaba pбlido y se sujetaba el brazo izquierdo con la mano derecha en un gesto de dolor demasiado familiar.

— їLo ves, sargento? — jadeу Miles -. Puedo montar. Puedo hacerlo.

Piotr, que se dirigнa hacia el caballo, se detuvo y lo mirу.

— Yo no me referнa a que no fuese capaz — dijo el sargento con ansiedad -. Me referнa a que no tenнa permiso.

— Oh.

— їSe ha roto? — le preguntу Bothari, mirбndole el brazo.

— Sн — suspirу el niсo. Habнa lбgrimas de dolor en sus ojos, pero no permitiу que su voz se quebrase.

El sargento gruсу y le alzу la manga para palparle el antebrazo. Miles lanzу una exclamaciуn.

— Sн. — Bothari le tirу del brazo y lo colocу en su lugar. Entonces extrajo una manga plбstica del bolsillo, se la colocу sobre el brazo y la muсeca, y la hinchу -. Eso lo mantendrб firme hasta que consultemos al mйdico.

— їNo tendrнa que… mantener encerrado a ese horrible caballo? — le dijo Cordelia a Piotr.

— No es horrible — insistiу Miles mientras se levantaba -. Es el mбs bonito.

— їEso crees? — le preguntу Piotr con dureza -. їPor quй piensas eso? їTe gusta el color?

— Es el que se mueve mejor — le explicу Miles mientras saltaba imitando los movimientos del caballo.

Esto cautivу la atenciуn de Piotr.

— Ya veo — dijo con tono risueсo -. Es mi mejor caballo… їTe gustan los caballos?

— Son fantбsticos. Me encantan. — Miles hizo varias cabriolas.

— Y pensar que tu padre nunca se interesу en ellos. — Piotr dirigiу a Aral una mirada resentida.

Gracias a Dios, pensу Cordelia.

— En un caballo, seguro que podrнa ir tan rбpido como cualquiera — dijo Miles.

— Lo dudo — respondiу Piotr con frialdad -, si debemos tomar lo de hoy como un ejemplo. Si quieres montar, tendrбs que hacerlo bien.

— Ensйсame — pidiу Miles de inmediato.

Piotr mirу a Cordelia con una sonrisa amarga.

— Si tu madre te da permiso. — Girу sobre sus talones con una expresiуn irуnica, pues conocнa la antipatнa de Cordelia hacia los caballos.

Cordelia se mordiу la lengua para no responder «sobre mi cadбver». Los ojos de Aral parecнan querer decirle algo, pero ella no alcanzaba a comprenderlo. їSerнa йste otro plan de Piotr para matar a Miles? ї Se lo llevarнa y dejarнa que el animal lo lanzase, lo pisotease hasta romperle todos los huesos? Vaya una idea.

їSerнa un riesgo? Desde que Miles comenzу a desplazarse al fin, ella no hacнa mбs que correr tras йl aterrada, tratando de salvarlo de cualquier peligro fнsico; en cambio Miles dedicaba la misma energнa para escapar de su supervisiуn. Si continuaban asн mucho tiempo mбs, alguno de los dos se volverнa loco.

Si no podнa mantenerlo en un lugar seguro, tal vez lo mejor fuese enseсarle a desenvolverse en un mundo de peligros. A estas alturas ya era casi imposible que se ahogase, por ejemplo. Sus grandes ojos grises le suplicaban desesperadamente en silencio: «dйjame, dйjame, dйjame…» con la suficiente energнa como para derretir el acero.

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