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Михаил (19.04.2017 - 06:11:11)
книге:  Петля и камень на зелёной траве

Потрясающая книга. Не понравится только нацистам.

Антихрист666 (18.04.2017 - 21:05:58)
книге:  Дом чудовищ (Подвал)

Классное чтиво!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Ладно, теперь поспешили вы... (18.04.2017 - 20:50:34)
книге:  Физики шутят

"Не для сайта!" – это не имя. Я пытался завершить нашу затянувшуюся неудачную переписку, оставшуюся за окном сайта, а вы вын... >>

Роман (18.04.2017 - 18:12:26)
книге:  Если хочешь быть богатым и счастливым не ходи в школу?

Прочитал все его книги! Великий человек, кардинально изменил мою жизнь.

АНДРЕЙ (18.04.2017 - 16:42:55)
книге:  Технология власти

ПОЛЕЗНАЯ КНИГА. Жаль, что мало в России тех, кто прочитал...

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Обои для рабочего стола

СЛУЧАЙНОЕ ПРОИЗВЕДЕНИЕ

Я иду сосновыми лесами,
По лугам иду, через сады,
Яблони отряхивают сами
На меня созревшие плоды.
Прохожу под ветками крушины,
Новыми надеждами томим.... >>

13.05.10 - 05:18
Автор неизвестен

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Donde Termina El Arco Iris   ::   Ahern Cecelia

Страница: 96 из 97
 
Para llegar allí tuvimos que subir por una cuesta muy empinada de adoquines donde vi a las mujeres de aquí, vestidas de negro de la cabeza a los pies, sentadas en sillas de madera delante de sus casas para disfrutar del fresco y el silencio del atardecer.

El restaurante sólo tenía unas pocas mesas y como éramos los únicos turistas, me sentí un poco intrusa, pero la gente que lo lleva es muy simpática y el ambiente muy cordial. Por desgracia, mi trabajo no me deja disfrutar con frecuencia de esta parte de la isla.

El director del hotel de Toby fue quien le recomendó el sitio y desde luego acertó: estábamos en lo alto de una colina con la isla a un lado y el mar al otro. El aire era templado, las estrellas titilaban, un hombre tocaba el violín en un rincón. Parecía una escena sacada de una película, sólo que era mucho mejor porque era real y me estaba ocurriendo a mí.

Charlamos y charlamos durante horas hasta mucho después de haber terminado la cena y finalmente, hacia las dos de la madrugada, nos pidieron que nos marcháramos. Me parece que no me había reído tanto en mi vida. ¡Seguimos conversando mientras paseábamos por la playa y había algo mágico en el aire! Hablamos de los viejos tiempos y nos pusimos al corriente de los nuevos.

Mamá, no sé si fue cosa del vino, del calor, de la comida o de mis hormonas, pero anoche se desataron fuerzas misteriosas. Toby me tocó el brazo y… no sé, fue como si me pasara la corriente de la cabeza a los pies. Tengo casi treinta y un años y nunca había sentido algo así. Y entonces se hizo el silencio. Un silencio realmente extraño. Nos miramos el uno al otro como si nos estuviéramos viendo por primera vez. Era como si el mundo hubiese dejado de dar vueltas sólo para nosotros. Un silencio extraño y mágico.

Entonces me besó. Toby me besó. Y fue el mejor beso que me han dado en treinta años. Y cuando separamos los labios mis pestañas se abrieron despacio y lo vi mirándome fijamente como si estuviera a punto de decirme algo. Y en el más puro estilo Toby me dijo: «Apuesto a que había pimiento en tu comida».

Qué bochorno.

Me llevé las manos a los dientes de inmediato, recordando las bromas que siempre me hacía a propósito de la comida que se me quedaba pegada en los aparatos. Pero él me cogió las manos, me las apartó suavemente de la boca y me dijo: «No, esta vez lo he saboreado».

Por poco me fallan las rodillas. Me resultaba muy extraño que fuese Toby quien me estaba besando, pero por otra parte me parecía lo más natural del mundo y creo que justamente por eso me resultaba tan extraño, no sé si sabes qué quiero decir.

Hoy nos hemos pasado el día entero juntos y sólo de pensar que volveré a verlo esta noche se me hace un nudo en el vientre. El corazón me late con tanta fuerza que las vibraciones prácticamente hacen que el guardapelo me golpee el pecho. Ahora sé a qué se referían mis amigas cuando intentaban describirme esta sensación. Es tan buena que es indescriptible. Papá no ha parado de burlarse de mí por pasarme el día sonriendo como una boba.

¡Toby me pidió que me mudara de nuevo a Dublín, mamá! No para vivir con él, por supuesto, sino sólo para que estemos más cerca. Y creo que lo voy a hacer. ¿Por qué diablos no? Me liaré la manta a la cabeza y saltaré al vacío y todos esos tópicos y ya veremos dónde aterrizo. Pues si no sigo este sentimiento ahora mismo, ¿quién sabe dónde estaré dentro de veinte años?

¿Te parece una locura? ¡Menudas veinticuatro horas acabo de pasar!

De: Rosie

Para: Katie

Asunto: ¡Sí!

¡No es ninguna locura, Katie! ¡De verdad que no es ninguna locura! Disfrútalo, cielo. Disfruta cada segundo de ello.

De: Katie

Para: Alex

Asunto: ¡Enamorada!

¡Mamá llevaba razón, Alex! ¡Te puedes enamorar de tu mejor amigo! ¡Ya he hecho las maletas y me voy de vuelta a Dublín con el corazón lleno de amor y esperanza y la cabeza llena de sueños! Mamá siempre me hablaba del silencio que experimentó hace años. Decía que cuando sintiera ese silencio con alguien significaría que estaba con «mi hombre». ¡Estaba empezando a pensar que se lo había inventado, pero resulta que no! ¡Este silencio mágico existe!

Tiene un mensaje instantáneo de: ALEX

Alex: Phil, ella también notó el silencio.

Phil: ¿Quién, qué, dónde, cuándo?

Alex: Rosie. Ella también sintió ese silencio años atrás.

Phil: Vaya, el temible silencio nos ataca de nuevo, ¿eh? Hacía años que no te oía hablar de él.

Alex: ¡Sabía que no eran figuraciones mías, Phil!

Phil: Muy bien. ¿Y qué haces hablando conmigo? Sal de internet, idiota, y coge el teléfono. O el boli.

ALEX se ha desconectado.

Querida Rosie:

Sin tú saberlo di este mismo paso hace muchos años. Nunca llegaste a recibir aquella carta y me alegro, porque desde entonces mis sentimientos han cambiado radicalmente. Se han intensificado día tras día.

Iré directo al grano porque, si no digo lo que tengo que decir enseguida, me temo que no lo diré nunca. Y necesito decirlo.

Hoy te amo más que nunca; mañana te amaré aún más. Te necesito más que nunca, te deseo más que nunca. Soy un hombre de cincuenta años que se aproxima a ti como un adolescente enamorado y te pido que me des una oportunidad y que me correspondas.

Rosie Dunne, te amo con todo mi corazón. Siempre te he amado, incluso cuando tenía siete años y te mentí diciendo que no me había dormido mientras montábamos guardia para espiar a Papá Noel, cuando tenía diez años y no te invité a mi fiesta de cumpleaños, cuando tenía dieciocho años y tuve que mudarme a Boston, incluso los días de mis bodas, el día de tu boda, en los bautizos, en los cumpleaños y cuando discutíamos. Te he amado a lo largo de todo este tiempo. Hazme el hombre más feliz de la tierra aceptándome a tu lado.

Contesta, por favor.

Con todo mi amor,

Alex



Epílogo

Rosie leyó la carta por la que parecía la millonésima vez en su vida, la dobló cuidadosamente y volvió a meterla en el sobre. Sus ojos recorrieron la colección de cartas, tarjetas de felicitación, e-mails impresos, conversaciones de chat impresas, faxes y notas manuscritas de cuando era colegiala. Había cientos de papeles desparramados por el suelo, y cada uno contaba su propia historia de triunfo o tristeza, cada carta representaba una etapa de su vida.

Las había guardado todas.

Estaba sentada en la alfombra de piel de borrego delante de la chimenea de su habitación en Connemara y siguió contemplando el despliegue de palabras que tenía ante sí. Su vida en tinta y papel. Había pasado la noche entera releyéndolas, le dolía la espalda de estar encorvada y le escocían los ojos. Le escocían por el cansancio y las lágrimas.

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